jueves, 21 de noviembre de 2013

Elección del CGPJ

En España, el Poder Judicial es considerado uno de los poderes del Estado, teóricamente independiente de los otros, unitario e integrado por jueces y magistrados independientes, inamovibles, responsables y sometidos al imperio de la ley, que ejercen de modo exclusivo la función jurisdiccional. En el pie del dibujo que acompaña a este post, escribe su autor, Enrique Martínez-Salanova Sánchez, la siguiente leyenda:

“Los jueces son dioses, están por encima del bien y del mal, aplican la Ley según su criterio, salvan o mandan al trullo, según les dé. Cuando los ciudadanos los criticamos, nos acusan de no respetar su independencia.”

Sí, desgraciadamente eso es lo que puede parecer, al meter en el mismo saco al Consejo General, la Fiscalía y al propio Poder Judicial. En mi ámbito de relaciones profesionales, conozco a miembros de carrera y tengo que expresar que no estoy totalmente de acuerdo con lo que Martínez-Salanova apunta. Algunas de estas Señorías Ilustrísimas, trabajan incansablemente por juzgar y ejecutar conforme a la Ley que, precisamente, no hacen ellos, sino el Poder Legislativo. Con estas personas, que forman parte del Poder Judicial, me siento seguro. Presiento y quiero pensar que la mayoría del Poder Judicial está formado por seres humanos “independientes, inamovibles, responsables y sometidos al imperio de la ley”. Creo, Enrique, que el problema no es el Poder Judicial. Intentaré explicarme.

Hace unos días, en relación al artículo de otro Enrique, en La Opinión, ¿Justicia?, le escribía en su muro de Facebook que esto va a acabar mal. Ahora, con los trapicheos de los partidos políticos en la renovación del Consejo General del Poder Judicial – CGPJ (El Mundo, El País, ABC), mi pesimismo se acrecienta y me pregunto qué hago perdiendo el tiempo estudiando Derecho y no me meto a politicucho de tres al cuarto, mafioso empresario u otra de las muchas carreras que existen en mi país para vivir del cuento, el fraude o la extorsión.

Precisamente, el martes pasado, en el marco de la disciplina “Fundamentos de Derecho Público”, Mercedes nos explicaba la composición del CGPJ, no sin antes apuntar que es el órgano de gobierno del Poder Judicial, independiente al Poder Ejecutivo y al Poder Judicial. En lo de "independiente", estuve a punto de levantar la mano y preguntar qué significaba, pero me di cuenta a tiempo que la cuestión era absurda e iba a generar un inútil debate que perjudicaría al resto de la interesante docencia que nos estaba impartiendo, así que decliné la participación.

Explicaba la profe que, según el artículo 122.3 de la Constitución Española (CE), este órgano está integrado por el presidente del Tribunal Supremo (TS) y 20 miembros, por un período de 5 años. Transcribiendo las ideas claves explicadas, a tenor de la Constitución, cuatro de los miembros son propuestos por el Congreso y cuatro por el Senado (con un quórum de mayoría de 3/5), entre abogados y juristas de reconocida competencia y con más de 15 años de ejercicio de su profesión. De los 12 restantes, sólo se indica su necesaria procedencia profesional (jueces y magistrados) y se remite a la L.O. del CGPJ 1/1980, la cual estableció que esos 12 miembros se elegirían por los propios jueces y magistrados.

Con la LOPJ de 1985, cada Cámara propone, además de los 4 que ya proponía, otros 6 miembros, elegidos por mayoría de 3/5 entre jueces y magistrados de cualquier categoría y que estén activos. La L.O. 2/2001 que reforma la LOPJ en este punto, introduce un nuevo sistema de elección mixto: los jueces y magistrados participarán en el proceso de elección (la propuesta surge de ellos) pero serían las Cámaras las que eligieran a quiénes se proponen. La Ley regula mediante un criterio de proporcionalidad cuantos candidatos podrán presentar las asociaciones profesionales y los no asociados (hasta un máximo del triple de puestos a cubrir (en total 36). El Congreso elegirá a 6 y el Senado a otros 6. En resumen, de independencia “Na de Na”, por mucho que se nos intente vender la burra. Ahí es donde está el problema de mi país en relación con la Justicia. Este texto también se ha publicado en el sitio Blog de Manuel, bajo el título "De independencia Na de Na(Gracias, Enrique, por permitirme usar la imagen).