sábado, 26 de octubre de 2013

Lo llamamos Democracia

En el marco de la disciplina “Fundamentos de Derecho Público”, llevo unas semanas analizando la normativa electoral de mi país (España), primero con un trabajo relacionado con los escaños del Congreso y del Senado y la Ley D´Hondt, felizmente terminado y evaluado, y actualmente participando en un foro que con el enunciado ¿Posee España un adecuado sistema electoral, de representación democrática?, nos empuja a reflexionar colectivamente sobre esa sensible y trascendental cuestión.

Casualmente, anoche veía el programa de La Sexta Columna que bajo el título "PP y PSOE se reparten la democracia en España", analizó la situación electoral, incluyendo la Ley D´Hondt y pensé en la oportunidad de la profesora en proponer el foro, por su tremenda actualidad. Estudiamos en clase que esa ley se eligió en su momento para garantizar gobiernos estables en los albores de la década de los setenta del siglo pasado en España, para consolidar la, entonces, joven democracia española. Pero ¿Tiene sentido hoy?

Los defensores dicen que el método es el “menos malo” y es mejor que otros, como el directo o proporcional. En cuanto a que los votos en blanco se consideren válidos para calcular el porcentaje mínimo del 3% tampoco lo veo. Por otro lado, se me han ocurrido multitud de cuestiones. Por ejemplo: ¿Qué pasaría si la circunscripción electoral fuera la comunidad autónoma en vez de la provincia? Previsiblemente, el resultado en la asignación de escaños sería muy distinto y se desinflarían algunas mayorías. ¿Cuántos ciudadanos y ciudadanas no votan a partidos minoritarios porque de antemano saben que no sirve de nada? ¿Qué pasaría si en vez de aplicar la Ley D´Hondt, existiera otro método más justo?  ¿Circunscripción única? …

Evidentemente, los partidos mayoritarios no están por la labor. Le escribía a un participante que, tal vez, con la conformación en las próximas elecciones al Parlamento, de nuevas mayorías relativas, pero insuficientes, para formar gobierno (consecuencia de la crisis que estamos padeciendo y el desencanto de los ciudadanos, sean conservadores, progresistas o liberales), posibilitaría la reflexión y posterior materialización de un cambio en el sistema electoral, porque siempre que existan dos partidos que copen la mayoría de los votos, es difícil que mediten sobre lo que es justo y lo que no lo es.

En fin. Te dejo los diez primeros minutos del programa referenciado. Este post también se ha publicado en el sitio Blog de Manuel, con el título ¿Reparto democrático?